jueves, 28 de agosto de 2008

Una caverna

Mientras las mundanas criaturas desean retozar en la arena bajo el sol, yo tan sólo deseo una caverna, una muy profunda donde tan sólo pueda llegar yo con mis encantamientos y mis sortilegios, donde el mundo ya no gire en ningún sentido y la gente se olvide de mi existencia, al menos momentáneamente.
Este siglo de descrédulos y abominaciones tecnológicas está siendo muy malo para las brujas. Muy malo de verdad. ¡Qué abandonadas nos tienen las corrientes mágicas! Habrá que buscar una nueva fuente de poder y maldad, para seguir envenenenando manzanas.

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