viernes, 29 de agosto de 2008

Espejito...

Espejito, espejito mágico... ¿dónde puedo conseguir una transmigración de cuerpo no muy cara y efectiva 100%?
Necesito un veneno.
Necesito un descanso.
Necesito no llorar.
Necesito eliminar mi existencia de la mente de los mundanos humanos.
Necesito que deje de doler.
Necesito ... un espejo que me teletransporte, no uno que hable por los codos. Hice mal el trueque con aquel viejo genio. Cuando lo pille se va a enterar!

jueves, 28 de agosto de 2008

Una caverna

Mientras las mundanas criaturas desean retozar en la arena bajo el sol, yo tan sólo deseo una caverna, una muy profunda donde tan sólo pueda llegar yo con mis encantamientos y mis sortilegios, donde el mundo ya no gire en ningún sentido y la gente se olvide de mi existencia, al menos momentáneamente.
Este siglo de descrédulos y abominaciones tecnológicas está siendo muy malo para las brujas. Muy malo de verdad. ¡Qué abandonadas nos tienen las corrientes mágicas! Habrá que buscar una nueva fuente de poder y maldad, para seguir envenenenando manzanas.

viernes, 22 de agosto de 2008

El límite

Pues ya está, espero no estar equivocando el camino otra vez, como en aquella ocasión que quise quitar a la pesada de Blanquita de en medio (mira que era ñoña la tía, todo el día dando el coñazo con sus sesiones de ópera con los pajaritos... era insufrible!) En aquella ocasión me costó un mes salir del dichoso precipicio al que me tiraron los siete bichejos deformes aquellos, ¡puaj! y todavía me costó más sacarme la mugre que me pegaron al tocarme.
Espero que este no sea otro error como ese. Porque ya no aguanto más y este es definitivamente mi límite. Y estoy asustada, como si las brujas no pudiéramos estarlo... Asustadísima porque sé lo que me espera, oleadas de odio y rencor, de reproches, de malas miradas, de chantaje emocional... Pero, ¿qué bruja sería si no pudiese soportarlo?
Realmente sufro muchísimo y una bruja no se puede permitir tener debilidades, sino me vería relegada a una simple figurante de cuento. Y soy Grimhilde, la "malvada", la "envenenadora", eso soy yo. Y volveré a serlo.