lunes, 1 de septiembre de 2008

Condenada



Muerta estoy, aunque la muerte no pueda atraparme, al fin y al cabo soy una aliada del diablo, una bruja.

Todos hablan, hablan, hablan... pero ya no escucho, ya no tengo orejas, ni ojos, ni dientes. Ya no hay nada que me una al mundo mundano, me relegaré al mundo de fábula, donde puedo vivir incluso en esta muerte prematura.

No se dan cuenta, pero...

Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

Aunque no habrá ni perdices, ni sueños de princesas, eso lo dejo para aquellas que todavía estén vivas para soñar. Yo ya no sueño, ni despierto.